Cruda realidad en el Hospital Nacional Rosales





Yamileth Cáceres nacional@eldiariodehoy.com
Sábado, 20 de Octubre de 2012

El alquiler de ventiladores mecánicos se ha vuelto casi la única opción de los familiares de los pacientes que no pueden respirar por sí solos en los hospitales públicos que no disponen de Unidad de Cuidados Intensivos, según varios testimonios.

Este es el caso de José Luis Zelaya. Su hermano, José Israel de 72 años, fue ingresado el 1 de octubre por la tarde en el hospital Zacamil con un dolor fuerte en el abdomen.

Esa noche fue operado de una peritonitis severa, la intervención quirúrgica se prolongó hasta las 11:00 de la mañana del martes.

Al salir de los quirófanos, un médico interno comenzó a darle oxígeno por medio de un balón de resucitación autoinflable al que doctores y enfermeras llaman "ambú".

Su hermano, al ver esta imagen, inmediatamente buscó la forma de alquilar un aparato que le ayudara a José Israel a respirar.

Fue así como contactó a una empresa de arrendamiento de equipo médico. Pero tuvo que esperar un día para que la dirección del hospital avalara el ingreso de la máquina.

"Eso es de humanidad, no puede ver uno a alguien que está sufriendo así, a quien le están tirando aire lentamente", comentó José Luis.

Él pagó $50 diarios por el alquiler de la máquina, más un depósito similar. La familia Zelaya había pagado el alquiler para cinco días, pero José Israel murió el 4 de octubre a eso de las 9:00 de la noche. Por llevar al hospital el aparato y conectarlo, la empresa cobró $200.

En una sala del hospital, José Luis recuerda que su madre murió hace siete años en un hospital privado, donde estaba conectada a un respirador.

Fue por eso que le surgió la idea de arrendar el equipo, para que su hermano estuviera tranquilo. "Él estaba respirando, pero uno siente o ve que es muy lento eso (el ambú). Pensé que le podía hacer falta el aire o que estaba sufriendo más", acotó relató.

Esa misma semana los familiares de Tito, un hombre de 31 años también siguieron el mismo procedimiento. Él fue atendido el 30 de septiembre. Dos días después, fue trasladado a la sala de Cuidados Especiales.

El 5 de octubre, los familiares decidieron trasladarlo a un hospital privado en la capital.

José Gómez, del área de atención al cliente de Hospirent, una empresa que renta equipo médico, manifestó que la mayor demanda del servicio proviene de los hospitales públicos.

Añadió que es común que los familiares de los pacientes ingresados en los establecimientos nacionales alquilen ventiladores mecánicos. El trámite se hace directamente con los usuarios.

"En una semana pueden rentar dos respiradores o uno al mes, eso depende si el hospital carece de equipo", añadió Gómez.

A la empresa suelen llamar usuarios del Zacamil preguntando por el servicio y por los requisitos. Los familiares hacen un depósito y tramitan el ingreso del equipo con las autoridades del hospital.

En promedio, la renta es por 24 horas. "El paciente sale de la crisis o, lastimosamente muere", explicó Gómez.

Carlos Ramos, secretario General del Sindicato de Médicos del Hospital Zacamil, manifestó que el establecimiento no tiene esa clase de aparatos. Los que existían se arruinaron desde hace más de un año.

La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) también fue cerrada hace más de cinco años, comentó Ramos. El anterior director, David Franco, era el jefe de la UCI.

El acuerdo es que los pacientes críticos deben ser trasladados al hospital Rosales, pero las camas en ese centro son insuficientes y, en ocasiones, no pueden recibirlos.

Arnulfo Duarte, jefe de la UCI del Rosales, admitió que la demanda de ingreso a esa área es mayor a la capacidad. En ocasiones, no pueden admitir pacientes de otros centros porque no hay espacio.

La demanda insatisfecha es del 50 por ciento, comentó Duarte. Añadió que a ellos les refieren pacientes desde todos los hospitales de la red.

Por su parte, Ramos añadió que desde que se cerró la UCI dejaron de dar mantenimiento al equipo y los respiradores se arruinaron.

Jesús Portillo, director del hospital Zacamil, respondió vía teléfono que ellos son un hospital de segundo nivel. Por eso, según él, no necesitan tener una unidad de cuidados intensivos ni respiradores.

"No es necesario para nosotros tener (respiradores), no tenemos la capacidad para tenerlos", aseveró Portillo.

Agregó que la necesidad que tienen es que en los hospitales de tercer nivel (Rosales y Bloom) les acepten pacientes, porque en el Zacamil no tienen médicos intensivistas.

Portillo sostiene que en el establecimiento nunca han tenido una UCI, sino una unidad de cuidados especiales.

Agregó que él no autoriza a que alquilen los aparatos, lo que hace es referir a los usuarios a los hospitales especializados. Sin embargo, hay pacientes que necesitan ayuda de un ventilador. Cuando no hay cupos en el Rosales no los aceptan y los internos deben darles respiración asistida de forma manual. Por ello los pacientes prefieren alquilar los aparatos.

El director del Zacamil dijo que las personas con ambúes se mantienen así mientras les buscan un espacio en una unidad de cuidados intensivos.

Las familias de José Israel y de Tito prefirieron rentar una máquina. El primero falleció y el otro terminó siendo trasladado a un centro privado.

Hasta inicios de este año, la red de hospitales públicos disponía de 157 camas de UCI. De ellas, únicamente 55 son para adultos y están distribuidas en el Rosales.

El Ministerio de Salud tenía entre sus proyectos para este años crear una UCI en el Zacamil, incrementar las camas neonatales del Bloom y mejorar la capacidad del hospital de Santa Ana.


LINK ORIGINAL: elsalvador.com

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