La Junta de Vigilancia de la Profesión Médica (JVPM) remitió a la
Fiscalía General de la República (FGR) los expedientes de tres personas a
quienes se les acusa de ejercer ilegalmente como doctores. De acuerdo a
los datos recogidos por la JVPM, dos de ellos han laborado durante años
como galenos sin tener el título que respalde su formación y el tercero
es un naturista.
Según las investigaciones, uno se oferta como un
especialista en terapia intensiva, es decir que atiende a pacientes
críticos, y así se ha abierto camino en ese campo.
Los antecedentes detallan que laboró en una organización no gubernamental y en un hospital privado, en San Salvador.
Adela
Méndez, secretaria de la JVPM, manifestó que a él se le sigue la pista
desde 2002, pero la clínica la cambia de lugar constantemente.
El año pasado volvieron atener información sobre el caso y reanudaron las indagaciones.
Tiene
recetario y para ejercer usurpa el número de la Junta de Vigilancia de
la Profesión Médica de otra especialista inscrita legalmente.
Según la indagación, "el intensivista" estudió hasta quinto año en la Universidad de El Salvador (UES), pero nunca se graduó.
En
los expedientes consta que estudió en la UES y cursó 31 asignaturas,
solicitó ingreso por equivalencias a la Universidad Autónoma de Santa
Ana.
Además realizó el internado rotatorio en los hospitales, pero
una nota de la UES detalló que había reprobado la materia de pediatría
por segunda vez y no había cursado otras que son prerrequisito.
De
acuerdo a la JVPM, el denunciado fue suspendido de sus estudios y en el
Hospital San Juan de Dios lo expulsaron del internado. Sin haber
cursado una serie de materias se fue a especializar a México. "Se
especializó sin tener el título (de médico)", añadió Méndez.
En junio de 2011, con todas las pruebas recogidas, el caso fue trasladado a la FGR, para que siga el proceso legal.
El
otro de caso es el de una mujer que durante 15 años brindó atención
médica general en una alcaldía de occidente. De acuerdo a la JVPM ella
no tiene título de médico, no aparece en la base de datos.
Además
atiende en una clínica privada en Chalchuapa, Santa Ana. Este año,
personal de la junta acudió a la alcaldía, pero ya había abandonado su
cargo. La denuncia en la Fiscalía se realizó hace más de un mes.
El tercero es un naturista que retiró un tatuaje causando un grave daño
al paciente. "Le quitó la piel, después se dio cuenta que era diabético,
el señor está terrible", expresó la secretaria de la JVPM.
Méndez
dijo que estos casos se han conocido a través de denuncias ciudadanas, a
partir de ahí inician una indagación, y al encontrar elementos que
corroboran que no son médicos se trasladan al Ministerio Público.
El
año pasado se recibieron 64 alertas, pero no todas pudieron ser
constatadas. "Nuestro pueblo tiene problemas de etnoprácticas, le
creemos más al curandero que al médico", expresó Méndez.
La otra
de las razones de por qué se dan estos casos, según la representante de
la junta, es que algunas instituciones, para pagar menos, contratan
personal de "baja categoría".
Jaime Eduardo Quant, vicepresidente del Colegio Médico, expresó que esta práctica representa un riesgo para el paciente.
"Esas
personas tienen que ser sancionadas, aquí ejerce cualquier persona, por
ejemplo los naturópatas, sin regulación", añadió Quant.
Ricardo
Contreras, vicepresidente de Médicos por un Salario Digno, manifestó que
esa situación "la consideramos trágica y perjudicial para nuestros
pacientes".
A inicios de 2007, el Consejo Superior de Salud
Pública (CSSP) conoció otro caso, el de un estudiante de medicina que
ejerció 12 años, atendía en un hospital de Cojutepeque y en una clínica
privada en Ilopango.
Según informe proporcionado al CSSP, el
hombre dejó sus estudios, le faltaban dos años para graduarse. El
hospital fue multado por contratar a alguien sin el respaldo académico.
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